La Furia, de Alex Michaelides


Esta es la historia de un asesinato. O quizá esto no sea del todo cierto. En el fondo, es sobre todo una historia de amor. Lana Farrar es una antigua estrella de cine, un icono de la moda admirado durante años. Desde que su marido falleció, vive reclusa en su mansión de Londres. Cada año invita a sus amigos más íntimos a escapar del clima ingles y pasar la Pascua en su idílica isla griega privada, un pequeño islote de lujo azotado por un poderoso viento que los lugareños llaman «la furia».

Cuando la furia deja al grupo atrapado en la isla sin poder salir, las viejas amistades acaban sacando a flote el odio, la envidia y el deseo de venganza reprimidos durante años. Y, de repente, alguien desaparece. Así se inicia un juego de encerronas y trampas, una batalla de ingenio llena de giros y sorpresas que desemboca en un final inolvidable donde resu

Narrada en primera persona y con saltos temporales para desgranar la historia, La Furia muta de ser una novela a lo Agatha Christie a un thriller artificial, camuflado por un crimen multipasional.

Hay dos estilos muy definidos en la novela. En la primera nos encontramos a un narrador divertido, con galantería al humor humor negro y propenso a demostrar su caballerosidad y buen hacer.

Pero la segunda, donde ya se desentierran las verdaderas intenciones y pasiones del narrador, donde al desnudarse ante el lector, también lo hace en la narración y es donde declara su farsa.

Al principio la narración transcurre sin detalles y apresurada, dejando al lector con la información mínima para continuar. Pero cuando el narrador se sincera, entre el pasado y el presente, cuenta la verdad, los detalles que se había guardado así como los secretos que no quería confesar.

Las diferentes tramas están bien cosidas entre osado y presente, uniendo con giros de guion y cambios escénicos.

Los protagonistas, como de una obra de teatro se tratase, son siete personajes, siendo un personaje central y los demás orbitan a su alrededor.

Las localizaciones son pocas y bien definidas, ayudando al lector a situarse enseguida.

Y el clima, elemento clave y de excusa en este libro, sabe trasladar ese viento, esa oscuridad, esos destellos de salitre y nos traslada a esta isla griega apartada de todo.

Un thriller convencional lo suficientemente adornado para atrapar desde el principio, aunque la tostada la descubras mucho antes del final.