Freida McFadden es una autora que nunca me había defraudado, hasta ahora . Su capacidad para crear thrillers psicológicos cargados de tensión, giros inesperados y Final Girls, me había convertido en una fiel seguidora de sus obras, deseando que salieran sus obras para devorarlas. Sin embargo, con El Recluso, he sentido, por primera vez, que algo fallaba.
Aunque tiene momentos que brillan y hay destellos de la autora junto con un final sorprendente, la novela en su conjunto, aun teniendo todos los elementos de la ecuación a la que nos tiene acostumbrados, no logra alcanzar la intensidad ni la profundidad que esperaba tal y como la conocí en la saga de La Asistenta.
Vamos a echarle un ojo:
Lo que funciona
La trama está bien planteada y tiene una estructura sólida que mantiene el interés en muchos puntos. Freida utiliza con maestría los saltos entre pasado y presente para dar contexto a los personajes y generar expectación. Las vueltas de tuerca, tan características de la autora, no decepcionan: el lector difícilmente podrá anticipar el giro del último capítulo, especialmente lo que se revela sobre uno de los personajes principales.
Además, el suspense inicial y la atmósfera de la historia del pasado que envuelve la historia, atrapan lo suficiente como para querer descubrir cómo se desarrollará la narrativa. La conexión entre los diferentes momentos de tensión está bien ideado y se entrelazan bien, sin resultar forzado ni extraño, y McFadden consigue mantener al lector intrigado sobre las verdaderas intenciones de los personajes.
Lo que no termina de convencerme:
- La falta de profundidad emocional
Una de las mayores debilidades de El Recluso es que no consigue transmitir el peso emocional de los acontecimientos. Los diálogos, en lugar de reforzar el impacto de las escenas más importantes, carecen de fuerza y a menudo demasiado planos. Esto afecta a momentos clave de la narrativa. Por ejemplo, sin entrar en spoilers, la escena en la que Brook está en la casa de Tim y llega la policía, debería ser un clímax cargado de tensión, gritos y caos. Sin embargo, la ejecución es tan contenida que resulta casi anodina. - Personajes poco convincentes
Otro aspecto que me ha decepcionado son los personajes. En otras novelas de McFadden, las protagonistas suelen ser complejas, creíbles y capaces de generar empatía. Sin embargo, en esta ocasión, la protagonista se siente demasiado forzada, como si la autora intentara dirigir la percepción del lector de forma muy evidente. Esto rompe la conexión emocional, especialmente porque la protagonista se presenta como una “víctima perfecta” en lugar de un personaje multifacético.
El problema se acentúa hacia el final, cuando se plantea un perdón que debería ser un momento emocionalmente explosivo, cargado de conflicto interno. Pero la resolución es demasiado simplista, y la falta de lucha interna por parte de la protagonista lo hace poco creíble.
- Suspense que pierde fuerza
Uno de los sellos distintivos de Freida McFadden es su capacidad para cerrar los capítulos con ganchos potentes, esos que hacen que necesites leer “un capítulo más”. Sin embargo, en El Recluso, muchos de estos ganchos están ausentes, lo que reduce la intensidad del suspense. Este cambio en el ritmo narrativo hace que, en varios momentos, la novela se vuelva aburrida.
El Recluso no está a la altura de las otras obras de Freida McFadden. Aunque la trama, muy bien trenzada y con momentos bien conseguidos, con un final inesperado (marca personal de la autora), la falta de intensidad emocional, personajes poco convincentes, suspense que pierde fuerza en puntos clave y unos diálogos nada desarrollados hacen que esta historia no termine de calar.
Si eres fan de la autora, te animo a que la leas y saques tus propias conclusiones. Al fin y al cabo, la mejor crítica es la que haces tú mismo. ¿Estás de acuerdo con mi opinión? ¿Te ha sorprendid el final o te ha dejado indiferente? Déjamelo en los comentarios.
