Nines despierta una mañana esperando el regalo de cumpleaños de su hijo de seis años, pero lo que recibe es su oreja en una caja con un lazo. Comienza así una angustiosa búsqueda que conmociona a todo el país. Pronto se descubrirá que no es la primera muerte de un niño en esa familia, y que el caso está relacionado con la dolorosa y extraña actuación de seis jóvenes que acuden de público a un programa de televisión. En ese escenario de dolor y desconcierto se reencuentran cuatro viejos amigos con muchas cuentas pendientes: Santi, un superdotado y asocial forense de día, travesti de noche, de métodos poco ortodoxos y genio impredecible; Berta, una periodista que tuvo que huir de España cuando su hermano fue acusado de unos crímenes terribles y que consiguió redimirse y recuperar el prestigio profesional; Iluminada, reportera audaz e incansable que acaba de recibir por fin el tan merecido como inesperado espaldarazo a su carrera. Y siempre al lado de Berta, Chiqui, el joven genio informático capaz de meterse en cualquier ordenador que se proponga.
Madre mía qué pedazo de libro, una vez más.
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Y es que Chaparro nos ha reventado con esta historia, donde los niños, por desgracia y tan común, son víctimas o monedas de cambio para la maldad de los que se supone deben protegerles.
Y es que la realidad ficcinada a manos y mente de una autora que no oculta y muestra la terrible cara del ser humano… es de piel de gallina y encogimiento de estómago cuando lees lo que un pequeño está dispuesto a hacer por sentirse querido.
La historia principal está alimentada de subtramas igual o más terribles, donde hechos históricos y hechos reales son ficcionados para la terrible lectura que nos espera.
Y es que, buscando los datos que ella narra, no solo los encuentras, sino que te escandalizas de que alo tan cruel, retorcido y malvado haya pasado en España, tan cerquita de nosotros y además no hayan tapado para que no se acuse a los cabecillas.
Pero es que además, es terriblemente perfecto como integra a ese grupo de personas con aversión a otro tipo (no spoilers) y nos deja rotísimos comparando la historia real con lo que ha escrito Carme, es que no das crédito a lo que lees.
Muy bien narrado, una consistencia férrea durante todo el desarrollo de la historia. Sin saltos entre narraciones, o lo suficientemente controladas para que el lector no se pierda o desubique.
Diálogos dinámicos, naturales y espontáneos, como si se tratara de una conversación callejera.
Los personajes, igual que con Delito, repetimos protagonistas, pero esta vez, con un conocimiento de su humanidad y la incorporación, muy dolorosa de los nuevos. Todos y cada uno de ellos, con una descripción justa para que te hagas una idea de quién es cada uno de ellos, y te los imaginas tal cual te los hubieras acabado de cruzar por la calle. Ese nivel de comunicación que te los ha incorporado a la lectura, de una forma tan natural y ya los tienes presentes de forma orgánica cuando aparecen entre líneas.
El pasado se convierte en el culpable del presente, y su combinación magistral nos devuelve una novela que no podrás parar de leer.
